El motivo más conocido de la Historia de la Música: el comienzo de la Quinta de Beethoven. La maestría absoluta: tomar ese elemento sencillo, rudimentario, banal y construir a partir de él un artefacto complejo, formidable. Como MacGyver en aquella popular serie de los 80. Brahms cogerá el testigo de este método y lo llevará un paso más allá: variación progresiva, lo han llamado. Dos gigantes germanos enfrentados, a lomos de dos de sus más poderosos caballos de batalla.