Nos lo explicó hace años Antoni Domènech en su obra El eclipse de la fraternidad: Beethoven convierte el célebre himno de Schiller en canto revolucionario. “Todos los seres humanos, todos, de cualquier raza, sexo, confesión religiosa o condición social, todos llegarán a ser hermanos, en la medida en que, adultos, se emancipen de las tutelas señoriales y patriarcales. No es una efusión sentimental; Schiller y Beethoven pusieron letra y música al núcleo del programa emancipatorio ilustrado”.