La serenidad de la noche antes del latigazo. Un pianista top para abordar un concierto extremadamente virtuoso y rico en colores. Ravel, subido a lo más alto del ranking universal de artesanos de la orquestación. Tan arriba como para convertir un gran trabajo de Mussorgski en una obra inmortal. Tan arriba como para hacernos salir de la temporada de abono por una puerta bien grande.