El paisaje y la naturaleza han sido utilizados como símil del hombre y sus conflictos desde el Barroco hasta nuestros días. Pero nada tiene que ver la amable Arcadia de bosques florecientes que proponía el mundo mediterráneo con la belleza vasta y lejana de la naturaleza nórdica que convoca este programa. Los tres compositores tienen en común algo más que sus orígenes: su capacidad de seducción y monumentalidad, a la que saben dar cuerpo con distintos envoltorios. Desde una sinfonía hasta el concierto para un instrumento tan poco utilizado con carácter solista como es el trombón: tímbricas distintas y distantes que en el fondo acaban por dar la razón a Séneca cuando decía que “todo arte es imitación de la naturaleza”.